HIPONATREMIA SOBRE EL RENDIMIENTO DE RESISTENCIA Y ULTRA-RESISTENCIA

La hiponatremia inducida por el ejercicio ocurre con relativa frecuencia, y si no se trata apropiadamente puede llevar a la muerte en personas completamente sanas. Está asociada a una amplia variedad de deportes, no solo pruebas de resistencia. Su razón principal es una sobrecarga de líquidos, capaz de provocar edema pulmonar o cerebral, muchas veces con consecuencias fatales.

Centrándonos en competiciones de carrera, a medida que aumenta el número de eventos de larga distancia también lo hace el número de corredores que participan en ellos. Por lo tanto resulta importante estudiar las condiciones que actúan como factores de riesgo en el desarrollo de hiponatremia, tales como las características de la prueba, las condiciones ambientales y la duración del esfuerzo.

La hiponatremia generalmente describe una afección desarrollada durante el ejercicio prolongado, generalmente más de 4 horas, cuando la concentración de sodio en plasma cae por debajo de cierto nivel (135 mmol/L). Durante el ejercicio hay una pérdida de sodio, principalmente a través del sudor y la orina. Al beber una solución libre de sodio o un líquido hipotónico como el agua, la pérdida de sodio no se compensa. El sodio restante en el cuerpo se diluye, lo que disminuye su nivel. Si la ingesta de líquidos es excesiva, como sucede con la mayoría de los casos de hiponatremia, el aumento del agua corporal total es determinante en la reducción de los niveles plasmáticos de sodio.

Los primeros casos de hiponatremia se reportaron en el Comrades Marathon durante la década de los 80. Es un ultra maratón, muy popular, sobre una distancia de más de 90k en Sudáfrica. Hasta aquel momento se recomendaba a los atletas de resistencia que evitaran la ingesta de líquidos durante la competición. Poco después, el Colegio Americano de Medicina Deportiva cambió su opinión, y recomendó beber lo más posible durante la competición para evitar la deshidratación y la hipernatremia (un aumento en los niveles de sodio en plasma). Este consejo, que se demostró poco afortunado, provocó un aumento en los casos de hiponatremia.

Además de la ingesta excesiva de líquidos, también hay otra razón para la hiponatremia: el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética, o SIADH por sus siglas en inglés. Es una condición existente, no inducida por el ejercicio, donde el organismo no es capaz de suprimir la hormona antidiurética (ADH), lo que causa retención de agua y finalmente hiponatremia.

Al comparar el agua con las bebidas de carbohidratos, se descubrió que el agua tiende a permanecer más tiempo en el tracto intestinal debido a una tasa de absorción más lenta. Esto contribuiría a la transferencia de sodio de la sangre al intestino. Esta desventaja no está presente en la mayoría de las bebidas deportivas, que ya tienen en cuenta este efecto.

Los síntomas de la hiponatremia cambian según la gravedad del déficit de sodio. Los primeros síntomas como dolor de cabeza, vómitos y fatiga no son muy específicos y pueden ser pasados por alto. Cuando el nivel de sodio disminuye aún más, aparecen confusión, problemas de coordinación e incluso inconsciencia, ya que se desarrolla un edema cerebral debido a la inflamación del cerebro. Si no se trata, puede provocar insuficiencia respiratoria y, en última instancia, la muerte en casos graves.

La aparición de hiponatremia puede ser tan alta como el 30% de los participantes en los eventos de Ironman o ultra-running, y especialmente entre los participantes más lentos. En los maratones de EEUU la prevalencia es de alrededor del 8%, con porcentajes más bajos en eventos de 100k y más altos en carreras de más de 100 millas, aunque en este último caso la mayoría de los corredores no sufrieron ninguna consecuencia. Es importante incidir en que también ocurre en otras disciplinas además de dichos eventos.

La hiponatremia también aparece con mayor frecuencia en mujeres. La fisiología de hombres y mujeres es diferente, a pesar de que las pautas de hidratación son similares para todos. Las mujeres generalmente tienen niveles más altos de retención de agua, pero también tienden a beber más que los hombres. Sin embargo, no está claro si la mayor prevalencia se debe a su menor peso corporal o a tiempos de finalización más lentos.

Otros factores de riesgo asociados son: aumento de peso durante la carrera, baja experiencia en competición, ingesta de antiinflamatorios no esteroideos, alta disponibilidad de líquidos durante la carrera y condiciones extremas de frío/calor, entre otros.

La mejor manera de prevenir la hiponatremia es «beber según la sed» en lugar de «beber tanto como sea posible». Al hacerlo así se evitará la sobrecarga de líquidos. Los síntomas de la hiponatremia no tratada son tan graves que es importante informar adecuadamente a los entrenadores, atletas y personal que asiste a las carreras para difundir prácticas de hidratación adecuadas y reconocer los síntomas.

Corre o practica deportes, pero siempre usando la cabeza al hidratarte: ser cauteloso puede salvarte la vida.

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Bibliografía:

Exercise-Associated Hyponatremia in Endurance and Ultra-Endurance Performance-Aspects of Sex, Race Location, Ambient Temperature, Sports Discipline, and Length of Performance: A Narrative Review.

Knechtle B, Chlíbková D, Papadopoulou S, Mantzorou M, Rosemann T, Nikolaidis PT

Medicina (Kaunas). 2019 Aug 26;55(9). pii: E537. doi: 10.3390/medicina55090537.

Photo by Tobias Seidl on Unsplash

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