
“El cuerpo humano llega hasta cierto punto. A continuación, son tu corazón y tu espíritu los que deben tomar el control «.
S. Kee-Chung.

Berlín fue seleccionado para albergar los Juegos Olímpicos de 1936 en Barcelona, dos años antes de que el partido nazi llegara al poder en Alemania. Hitler vi en ellos una oportunidad ideal para promover sus ideas sobre la supremacía racial y el antisemitismo. Algunos países amenazaron con boicotear los Juegos, al anunciarse que los atletas judíos no podrían participar. No obstante, las concesiones hechas desde el lado alemán hicieron que los Estados Unidos decidieran competir, con más países siguiendo su ejemplo. Estas concesiones no llegaron a ningún sitio, ya que Alemania consiguió evitar que sus atletas judíos compitieran, y la mayoría de los otros países decidieron apartarlos, tratando de no ofender al régimen.
Los Juegos Olímpicos de 1936 serían los primeros en contar con el relevo de la antorcha, que fue encendida en el templo de Hera en la antigua Olimpia, tradición que ha sobrevivido casi sin cambios hasta nuestros días. También serían los primeros Juegos en contar con cobertura televisiva en directa, aunque solo en ciertos lugares. Leni Riefenstahl recibió el encargo de filmar los Juegos, dando lugar a la famosa película “Olympia” como resultado.
Durante la ceremonia de apertura, y encabezando la delegación griega estaba Spiridon Louis, para conmemorar el 40 aniversario de su victoria en el maratón de Atenas de 1896. Llevado a presencia de Hitler, le ofreció una rama de olivo de la Arboleda Sagrada de Zeus en Olimpia. Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos, y ya con problemas de salud, no pudo disfrutar del momento.
Sohn nació en Sinuiju, Corea del Norte, en 1912, en un momento en que la península de Corea estaba bajo ocupación japonesa. En la escuela pronto se hizo evidente que tenía talento para correr y lo enviaron a Seúl para continuar con su entrenamiento y estudios. Comenzó a competir en distancias cortas, corriendo su primer maratón a los 17 años. Le gustaría la distancia, corriendo un total de 12 maratones en los 5 años siguientes, y ganando 9 de ellos. En noviembre de 1935 en Tokio logró ganar el maratón en 2.26.42, récord mundial que se mantendría hasta 1947, y 5 minutos más rápido que el tiempo utilizado por Zabala para ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1932.
Como se mencionó anteriormente, Corea estaba bajo la ocupación japonesa, por lo que Sohn solo pudo ir a los Juegos Olímpicos defendiendo la bandera japonesa y usando una iteración de su propio nombre en japonés, Son Kitei. Sería el mismo caso para los otros dos miembros del equipo de maratón japonés.
El 9 de agosto había 59 atletas listos para la carrera. El argentino Zabala, uno de los principales favoritos y defensor del título, salió como tenía acostumbrado fuerte desde el principio, abandonando el estadio olímpico en primer lugar. Después de 5 kilómetros, Sohn y el inglés Ernest Harper estaban 90 segundos por detrás de Zabala. Sohn pensó en aumentar el ritmo y salir en persecución de Zabala, pero Harper, que conocía su forma de correr, apaciguó a Sohn para que se tomara las cosas con calma. A pesar de que no se entendían, Sohn le hizo caso, y tras 30 kilómetros Zabala, agotado, cayó, momento que aprovecharon Sohn y Harper para sobrepasarle.
En ese momento Harper comenzó a tener problemas de ampollas en sus pies, haciéndole aflojar el ritmo. Esto dio a Sohn una ventaja inesperada y la cabeza de carrera. Para el kilómetro 33 ya llevaba 25 segundos sobre Harper, con un grupo de 3 atletas otros 3 minutos detrás. Y más atrás, recuperando posiciones estaba otro de los coreano-japoneses, Nam Sung-yong (bajo su nombre japonés de Nan Shoryu).
Al ingresar al estadio olímpico, con más de 100 mil espectadores, Sohn era ya el ganador seguro. Su tiempo de 2.29.19 estableció un nuevo récord olímpico, ganando también la primera medalla de oro para Japón en unos Juegos Olímpicos. Es la única vez que el poseedor del récord mundial de maratón gana también el maratón olímpico. Harper pudo defender su segundo lugar, y ganar la plata 2 minutos después, mientras Nam obtuvo cerró el podio tras una remontada espectacular, desde el puesto 33 en el marcador de 10k.
Durante la ceremonia de medallas, ambos coreanos bajaron la cabeza durante el himno japonés, para mostrar cortésmente la vergüenza de tener a su nación bajo ocupación japonesa.
Sohn se retiró después de los Juegos Olímpicos, a los 24 años, convirtiéndose en el entrenador del equipo de maratón de Corea después de la guerra, y liderando a los primeros atletas en llevar la bandera de Corea en su equipo.
Su carrera como entrenador estuvo también plagada de éxitos. Entrenó a Suh Yun-bok, que ganó el maratón de Boston en 1947 rompiendo su propio récord mundial en el proceso (2.25.39), y al equipo que obtuvo los tres primeros lugares en el mismo maratón en 1950.
En los Juegos Olímpicos de 1988, fue honrado para llevar la antorcha olímpica en el estadio de Seúl durante la ceremonia de apertura. Y este no sería su último honor. Aún entrenando, durante los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, su protegido Hwang Young-jo ganó el segundo oro olímpico de Corea en maratón.
Sohn Kee-chung, una leyenda del maratón, tanto a nivel de atleta como de entrenador.
Fuentes:
https://en.wikipedia.org/wiki/Sohn_Kee-chung
https://www.theguardian.com/sport/blog/2011/aug/27/sohn-kee-chung-olympics-korea
“The Olympic Marathon”, DE Martin & RWH Gynn. Human Kinetics, 2000.

