El UTRSC Santa Cruz era el escogido como maratón 99, seis días después del Atlántico Troia-Melides.
Por las restricciones del Covid se cambió en el último momento la hora de inicio de las 20 a las 16.30. Lo que al final se tornó una ventaja, como vería más tarde. Con tiempo límite de 6h30m y recorrido circular desde Santa Cruz se ofrecen trail cortos de 22 y 12k.
En un día con tiempo ideal, con poco más de 20°C, y después del reglamentario control del equipamiento obligatorio (depósito de líquido, luz frontal con baterías de reemplazo y móvil) tomamos la salida, para seguir un recorrido señalizado con cintas naranja en el lado derecho (excepto los cambios de dirección).
Aunque podía parecer fácil seguir el recorrido, no resultó así en la práctica. Acabaré por salirme del recorrido al menos media docena de veces. Al menor despiste con una cinta acababa por hacer unos cuantos metros de más. En este maratón «de orientación» el entorno varía a menudo. Nada que ver con la relativa monotonía de los 43k en playa de la semana anterior.
Sus 700 m de D+ se hacen notar, aunque son asumibles. Sin paradas en los 3 primeros avituallamientos, solo me detengo para rellenar la Camelback en el kilómetro 28, en las ruinas de un monasterio abandonado. Tras él vienen 3 kms de pronunciado ascenso, en una de las zonas más duras del recorrido.
Sin embargo, desde el kilómetro 31 las cosas mejoran, en descenso y gran parte en carretera a medida que nos acercamos hacia la costa y el último avituallamiento, a 6 kilómetros de meta, en Porto Novo.
Desde allí, y con un precioso ocaso, es solo seguir la costa hacia Santa Cruz. Una última sección en el paseo de madera de la playa me lleva hasta meta. Gracias al adelanto en la hora de salida no he necesitado usar el frontal. De haber tenido que correr de noche, seguramente habría acabado perdiéndome.
Maratón 99 en 4.49.37, y posición 85 de 106 llegados a meta (23 DNF/4 DSQ).
Sin encontrarme aún como me gustaría, parece que los últimos maratones hasta los 100, como le pasó al amigo Pepe, se atragantan de algún modo. Esperemos que como dice Quique solo sea un bache y “rejuvenezca” después de alcanzarlos.
El siguiente maratón será el 100. Aunque no seguro del todo, tal como van las cosas, es previsible que sea en Madrid, el 26 de septiembre, fecha donde se trasladó el MAPOMA 2020 tras su suspensión por el Covid-19. Cerraríamos el círculo donde debutamos en los 42k un lejano 30 de abril del año 2000.
¿Nos vemos allí?
