MARATÓN 117: MARATÓN POPULAR DE MADRID (23/04/2023)

Feria del corredor

Madrid ha sido siempre uno de los maratones más clásicos a nivel nacional. Lugar donde debuté en el 2000 y donde traspasé el umbral de los 100 maratones en 2021, ésta iba a ser mi séptima participación. Este año me decanté por él habiendo leído que el recorrido había sido levemente modificado para volver a pasar por los lugares más emblemáticos de Madrid, como la Puerta del Sol.

Se nota que es un maratón con larga experiencia, y su feria del corredor, en uno de los pabellones de IFEMA no defrauda, ofreciendo gran variedad de puestos, tanto de venta como de otras carreras. La visito a última hora de la mañana, con gran afluencia de público, aunque no nos lleva mucho tiempo recoger dorsal y bolsa del corredor e ir a hacer algo de turismo por la ciudad.

El día de la carrera amanece con previsión de buen tiempo. Junto al maratón, hay también un 10k, con salida a las 8.30. Camino desde el alojamiento, cerca de Atocha, hasta la zona de salida. Las salidas del maratón son en olas, cada 5 minutos, con la mía estipulada a las 9.20. Llegando con el tiempo justo después de dejar el equipaje en el área de guardarropa, y algo confuso, ya no consigo entrar en el cajón de las 9.20, y paso al siguiente, el de las 9.25, donde al menos me sitúo en la parte de frente. El tren de vuelta es poco después de las 15, y ya siento que no tengo mucho margen de imprevistos si quiere llegar con tiempo.

La salida por Paseo de la Castellana me hace recordar la de 2021, que fue una de las primeras carreras multitudinarias después del Covid, donde a pesar de los numerosos corredores el silencio era casi sepulcral durante esos primeros kilómetros, en línea recta y levemente cuesta arriba. Siempre ha sido una zona de poco público, y una zona para tomar conciencia de uno mismo y lo que se viene por delante.

Esperando la salida

A partir de ahí, y alejado de los grupos de paso de las liebres, intento seguir la estrategia de las últimas carreras, ajustando parciales de 16 minutos cada 3 kilómetros, apuntando a un tiempo final en torno a las 3h45m. En los primeros kilómetros intento no dejarme llevar, aunque las piernas me piden más, pero ya tengo visto que es algo que después me suele pasar factura en la segunda mitad de carrera.

Afortunadamente, parece que el Maratón del Clarete de la semana anterior no ha hecho mucha mella en mis piernas, y puedo mantener el ritmo de crucero sin gran problema. Igual de metódico que con los ritmos he conseguido estar con los geles. Tal vez sean excesivos para algunos, pero en mi caso veo que 5 es un buen número, tanto por razones logísticas (llevar más sería complicado en la cinta riñonera) como kilométricas, porque me ajusto uno para cada 6 kilómetros de carrera a partir del kilómetro 12 (después 18, 24, 30 y 36).

Llego al ecuador de carrera con un tiempo de 1.53.01. No muy lejos del objetivo. El calor ya se empieza a notar, e intento ir tomando isotónico en todos los puestos en los que está disponible. Como hemos indicado en alguno de nuestras entradas en el blog, en situaciones de calor hay que tener cuidado con la hidratación, obviamente, pero también evitar la peligrosa hiponatremia, en caso de ingesta excesiva de líquido en forma de AGUA. Por tanto, con calor, y en caso de beber en grandes cantidades es más recomendable recurrir a bebidas isotónicas, para mantener la concentración de electrolitos en sangre.

Cualquiera que haya corrido Madrid sabe que llegar a la Casa de Campo implica entrar en el último cuarto de carrera, pero también encontrarse con el muro, y alguna de las pendientes más duras de este maratón. Por suerte también ofrece zonas arboladas, cuya sombra se agradece a estas horas, donde el calor ya nos castiga con saña.

Superada esta parte es volver a dirigirse hacia el centro de Madrid, donde ya el público empuja lo que las piernas no consiguen. Hay recuerdos que me vienen a la cabeza de viejas ediciones, desde las caceroladas recibiéndonos desde los balcones, hasta las zonas con música, como aquella con la de Carros de Fuego, en la Avenida de Valladolid. Retazos de lo que era correr en otras épocas…

Apretando en los últimos kilómetros, consigo cruzar la meta en 3.51.51, que, aunque alejado de mi mejor marca sobre este circuito, es aún 3 minutos mejor que mi marca de 2021. Satisfecho con el resultado no tengo tiempo que perder para ir a recoger mi bolsa, cambiarme en un banco y encaminarme hacia Chamartín.

Así damos por concluida otra participación en el Mapoma, seguro de que volveremos en futuras ocasiones. Gracias por llegar hasta aquí.

Medalla
Finsihers

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